SOBRE POLÍTICA, MERCADO Y CONVIVENCIA
JOSÉ LUIS SAN PEDRO - CARLOS TAÍBO


Portada del Libro

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EXTRACTOS DEL LIBRO
Acabado de leer el 02/10/17

Martin Luther King: "Cuando reflexionemos sobre nuestro siglo XX, no nos parecerán lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas" (pág. 12).

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... en definitiva, los que pueden hacer algo no quieren y, claro, los que quieren, no pueden. (pág. 16).

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JLS. ... es un desarrollo evidentemente consumista y depredador, no perfeccionador del hombre... el ser humano es de una gran plasticidad y que una educación, una formación, de otra naturaleza haría otros tipos humanos también diferentes... Podríamos ser de otra manera, pero no se nos educa para ello. Creo que la salida debe buscarse esencialmente en la educación y, si no nos la dan, en la autoeducación, en educarnos a nosotros mismos y en luchar contra esos vicios, para convertir al productor-consumidor en ciudadano, en ciudadano en ejercicio. Eso es importantísimo (pág. 19).

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CT. En cierto sentido, y aunque la expresión es siempre delicada, tenemos los gobernantes que nos merecemos (pág. 20).

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JLS. A la mayoría de la población se le ha inculcado que sirve para ganar dinero sin ahondar en nada más, sin sentir la necesidad de reflexionar sobre nada. el resultado es que se trata de personas totalmente pasivas... Cuando, por ejemplo, en Estados Unidos, después de las barbaridades del señor Bush, se le reelige, cuando en Italia se reelige al señor Berlusconi, qué sucede, ¿que la gente no piensa? No, lo que ocurre es que no está en condiciones de pensar, que está condicionada. La democracia se halla absolutamente falseada gracias a unos mecanismos técnicos que sustituyen la opinión pública por la opinión mediática. La aparente democracia es, en realidad, una oligarquía en manos de los dueños de la televisión, la prensa y demás medios. (pág. 21).

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CT ... si el problema de la pobreza no se resuelve, ello es as´´i, ante todo, por falta de voluntad de los dirigentes políticos, y por falta de actitud solidaria de las poblaciones, de los países más ricos. (pág. 23).

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JLS. Estamos ante una forma de organización de la explotación, con una técnica moderna, desarrollada por parte de las potencias financieras y económicas. (pág. 28).

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JLS. Lo que más me preocupa, ya no es el que se haya cedido, transferido, el poder político a manos del poder económico al abandonar la regulación y dejar que las condiciones las impongan las empresas, sino que, además, se les otorgue a éstas la decisión sobre las inversiones, es decir, la decisión sobre la producción futura. Con semejante poder de decisión son las empresas las que deciden si se construyen hospitales o carreteras o si se debe o no luchar contra la pobreza. Ese trasvase de lo político a lo económico, de lo público a lo privado, es lo verdaderamente grave y preocupante. (pág. 32).

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JLS. ... la mano invisible del mercado es perfectamente visible. En el mercado domina el más fuerte y se acabó. ¿Quién gana en el mercado? El que acapara, el monopolista. En el mercado no hay libertad, hombre. Vaya usted al mercado sin dinero y podrá comprobar que libertad tiene usted: no tiene ninguna. (pág. 37).

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Gibraith. ... la idea de que los beneficios del mercado se distribuyen espontáneamente en provecho de todos, y la paralela de que el enriquecimiento de los ricos es bueno par los demás porque luego esa riqueza se difunde, esas dos ideas recuerdan a la que invita a creer que el caballo bien alimentado vivirá feliz, pero también alimentará, de paso, a los gorriones porque irá dejando caer entre sus patas traseras algo que puedan picotear los pájaros. (pág. 43).

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CT. Son, muy al contrario, gigantescas corporaciones transnacionales que operan en la trastienda las que dictan el grueso de la reglas del juego (pág. 44).

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José Luis San Pedro y Carlos Taibo

JLS. Si no se educa a las personas en el razonamiento y en la comprensión no habrá opinión propia. Y caemos otra vez en el círculo vicioso consumidor-productor, en este caso, de información. De modo que, aún existiendo un aparato extraordinario que permite aumentar la cultura, hay que preguntarse qué cultura es ésa: ¿la cultura oficial del fundamentalismo de mercado, la cultura dirigida para que la gente compre? (pág. 47).

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JLS. EE.UU. presenta una moción contra Cuba por la "conculcación de los derechos humanos en la isla" y ésta es aprobada con los votos favorables de la Unión Europea, pero esa misma Unión Europea no vota a favor de la moción de Cuba en contra de EE.EE. pr hechos como los de Guantamano, que para mayor escarnio se encuentra en la misma isla, Abu Ghraib y la gente raptada y llevada en aviones a lugares donde se practica la tortura (pág. 50).

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JLS. ... no existe tal Unión Europea. Lo que hay es una unión económica o una alianza económica... Lo único que hay es un acuerdo entre financieros e intereses dominantes. Todo lo demás, la justicia, la enseñanza, la educación, la libertad, no funciona, porque apenas les interesa (pág. 54).

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CT. Creo que cualquier persona con dos dedos de frente sabe qué es lo que significa la competitividad. Para la mayoría de nuestros conciudadanos, sin ir más lejos, veinte años de progresos en materia de competitividad se han traducido en salarios cada vez más bajos, jornadas laborales cada vez más prolongadas, derechos sociales en retroceso y precariedad por todas partes (pág. 56).

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CT. Cuando hay un pequeño y pobre país del Tercer Mundo que incumple las condiciones draconianas establecidas por un programa de ajuste del Fondo Monetario Internacional, inmediatamente ve cómo se le retiran los privilegios comerciales de los que pudiera disfrutar. Cuando, en cambio, Israel violenta premeditada, prolongada y sistemáticamente los derechos humanos más básicos en Cisjordania o en Gaza, o cuando Rusia hace lo mismo en Chechenia, nuestros gobernantes prefieren mirar hacia otro lado (pág. 58).

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JLS. Hay que exigir que se abandonen las privatizaciones. Hay que exigir que se deje de entregar las empresas públicas rentables, porque las no rentables no las quiere nadie, o sea, el tesoro público, la riqueza nacional, a intereses privados (pág. 66).

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CT. ... a los neoliberales el déficit público les preocupa sobremanera cuando se vincula con inversiones en la sanidad y en la educación. La preocupación desaparece como por ensalmo, en cambio, cuando lo que está por medio es el gasto militar-represivo (pág. 86).

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JLS. ... el orden actual sigue siendo el de siempre y las estadísticas oficiales no revelan la menor disminución de distancia entre ricos y pobres, demostrándose la ineficacia de los múltiples planes acordados en solemnes reuniones oficiales, donde se promete el fin del hambre y la miseria en fecha dada (pág. 97).

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JLS. En Naciones Unidas pesa mucho el tipo de votantes que hay, con lo sensibles que son a las influencias de los poderosos todos esos pequeños países. Son cerca de doscientos, 196, me parece, incluidos pequeños territorios, pequeñas islas que votarán lo que se les diga. Sus gobernantes se venderán fácilmente, incluso de forma ingenua (pág. 100).

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CT. Estados Unidos le ha sacado partido a los elementos emocionales vinculados con los atentados del 11 de septiembre de 2001 para, con ese cimiento, llevar adelante una intervención militar clásica que responde a objetivos muy diferentes de los que verbalmente se enuncian (pág. 103).

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Ct. ... al fin y al cabo son gigantescas empresas transnacionales las que dictan la mayoría de las reglas del juego, arrinconando a los poderes políticos tradicionales, y dejando de lado, con ellos, a los mecanismos de representación democrática (pág. 110).

José Luis San Pedro entrevistado por Jordi Evole en el programa Salvados

JLS. La verdad es que en todas partes las izquierdas han aceptado el sistema, las reglas y el juego de cartas es decir, las normas del sistema social establecido. Y ese juego de cartas está amañado. Mientras juegues con esas cartas, no hay nada que hacer. Desde el momento que aceptas la idea del mercado, de su funcionamiento y del sistema, estás pillado... la lucha de la izquierda por la justicia distributiva tiene que atacar el sistema. O no es izquierda. En otras palabras: el objetivo de la izquierda es esencialmente ético, en busca de la justicia y la racionalidad para la convivencia (págs. 110, 111).

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CT. Me parece muy llamativo, por ejemplo, que muchas organizaciones que se autotitulan eso, no gubernamentales, dependan en los hechos, total o parcialmente, de los presupuestos públicos. Como es muy llamativo que en muchos casos, sé que estoy generalizando y la generalización es muy peligrosa, se hayan revelado, en las cúpulas de las organizaciones que nos ocupan, auténticas castas funcionariales más interesadas en preservar sus a menudo bien pagados puestos de trabajo que en atender a las poblaciones que son los teóricos beneficiarios de sus servicios (pág. 112).

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JLS. Cada vez que me dicen que el mercado es la libertad, pregunto: pero ¿la libertad de quién? ¿Del consumidor, condicionado por sus ingresos e inducido por la publicidad? ¿Del pequeño vendedor, a remolque de lo que decidan sus competidores dominantes? Pues bien: replantear esto es abrir otros cauces de educación (pág. 120).

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CT. ... parece que en Cuba los derechos humanos se violentan gravemente pero que en China, en cambio, no hay mayor problema. ¿Por qué? Porque China es un socio comercial muy importante (pág. 140).

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CT. ... ¿cuándo pondrán coto las autoridades españolas, de una vez por todas, a ese asesino juego que es la exportación de armas, armas que en muchas ocasiones llegan a manos de gobiernos impresentables? (pág. 142).

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JLS. ... la mayoría de la gente suele actuar buscando el beneficio material y no parece fácil encontrar otra motivación sustitutiva, dad la vigente escala de valores en la que el dinero ocupa la posición suprema. Pero, si no por la reflexión, esa idolatría del dinero puede caer de su trono ante una necesidad rea. Por ejemplo, si la escasez de agua potable llega a ser crítica, todos comprenderán que tener en el bolsillo el coste de un barril de agua no es lo mismo que disponer de ese barril, pues el dinero no quita la sed (pág. 149).

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JLS. ¿... serán necesarias catástrofes nucleares o climáticas para que comprendamos que salvar la vida vale más que salvar el bolsillo? (pág. 150).

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