EL GOBIERNO DE LA ANARQUÍA
JUAN PABLO CALERO DELSO

Sintesis, 2011

Portada del Libro

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EXTRACTOS DEL LIBRO
Acabado de leer el 26/08/17

Las ilusiones despertadas por la Revolución Rusa de 1917 en el proletariado europeo, y en menor medida en el de otros continentes, y todas las esperanzas que la victoria aliada de 1918 hizo concebir en la burguesía progresista de Europa, se vieron trágicamente frustradas por la consolidación del totalitarismo estalinista y, sobre todo, por el ascenso del fascismo alemán e italiano. Y ambos escenarios se dieron sin la resistencia de todos aquellos que se preparaban para una revolución que nunca estalló y que no fueron capaces de doblegar la ofensiva reaccionaria que entre 1939 y 1945 cubrió de sangre todo el planeta. (pág. 19 )

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Sólo el puñado de militantes del Partido Comunista de España (PCE) critaba al recién llegado gobierno de republicano, siguiendo la consigna soviética de clase contra clase.... y explicaba que "el verdadero dilema es burguesía o proletariado, y no Monarquía o República". (pág. 29)

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... la República echó a andar en una época de aguda crisis económica internacional, cuyos efectos se hacían sentir con especial intensidad en las economías más débiles, tanto en el ámbito de las naciones como en el de las familias... "una enorme exportación de capitales se ha apoderado y ha empobrecido al país aún más de lo que estaba. A la huida de los plutócratas, banqueros, financieros y caballeros del cupón y del papel de Estado siguió una especulación vergonzosa y descarada, que ha dado lugar a una formidables depreciación de la peseta y una desvalorización de la riqueza del país en un cincuenta por ciento"... cuando los recursos escaseaban no podía pedirse a las clases populares que tuviesen paciencia, que fuesen generosos, ellos que no tenían nada, con aquellos que hasta entonces lo poseían todo. Pero tampoco se podía esperar que los sectores privilegiados renunciasen a sus ventajas materiales y, sobre todo, a ese uso y abuso altivo del mando que los señoritos disfrutaban en el mundo rural. (págs. 32, 33)

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La desilusión sufrida por las clases populares con la obra de regeneración política y de reforma social de la República se fue generalizando a lo largo de su primer año.. la impaciente necesidad de los agricultores fue refrenada desde las instituciones republicanas, que pretendieron encauzar tan justas reivindicaciones por la vía de la moderación. (págs. 44,45)

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Federica Montseny en su novela La rebelión de los siervos describía la rabia sorda de los jornaleros: "El advenimiento de la República, cambio de gobierno no notado por el pueblo, que no vio mejorada su situación ni mejorada su miseria, lanzó sobre aquellos hombres la maldición de una lucha de intereses entre sí, de la que ellos sólo eran la presa y la víctima. El dueño del latifundio, uno de los más ricos de la comarca, señorón fincado suntuosamente en Córdoba y en Madrid, resolvió no sembrar sus tierras mientras no acabases esa juerga de la República". (pág. 46)

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Diario Gráfico AHORA

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... en 1933 las clases populares ya habían comprendido que la República por sí sola no iba a resolver los agudos problemas de la España de la época: primero los campesinos, luego los anarcosindicalistas, finalmente los socialistas...los trabajadores dejaron de depositar en ella sus esperanzas. (pág. 54)

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... el divorcio con la República de la clase trabajadora se había consumado; ni siquiera la amenaza del fascismo fue capaz de movilizar a las clases populares para que acudiesen a las urnas en las elecciones legislativas de noviembre de 1933... Aumentó la abstención en los distritos obreros y campesinos, no sólo por efecto de la propaganda antipolítica de la CNT, sino también como reflejo del descontento popular con un régimen y unos partidos que habían defraudado a la clase trabajadora... Por eso no es de extrañar que los partidos de la derecha obtuviesen una amplia victoria en noviembre de 1933. (pág. 58, 59)

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La descalificación del parlamentarismo, antítesis de la autoridad y la jerarquía, se extendía y ganaba adeptos la idea de que "el parlamentarismo es la tiranía de la mitad más uno, sin norma superior que se acate ni cabeza individual visible que responda. Yo no entiendo por qué ha de ser preferible a la dictadura de un hombre la de doscientos cincuenta bestias, con toga legislativa", como explicaba José Antonio Primo de Rivera... (pág. 69)

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... "la revolución es el más serio de los problemas. No se trata solo de derribar al capitalismo. Se tiene que producir un cambio ético en las condiciones de vida que no se puede operar en tanto no se transforme a la vez al individuo" (pág. 85)

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Los grupos políticos de la derecha autoritaria, conscientes de su derrota electoral, sustituyeron su estrategia política por una campaña demagógica de desestabilización de la República, en las Cortes y en las calles, que no perseguía más objetivo que crear en la sociedad civil una sensación de caos que provocase y justificase la rebelión militar. (pág. 94)

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Cuenta Francisco Largo Caballero que, en calidad de secretario general de la UGT, acudió el 19 de julio por la tarde al Ministerio de la Guerra, donde se hallaba reunido el Consejo de Ministros, y preguntó si se tenía confianza en "sofocar la sublevación" y se le respondió que no. Entonces, pidió que se armase al pueblo, pues "si no lo lo hacen, todo estará perdido", pero el recién nombrado presidente del Consejo de Ministros se negó firmemente, pues estaba dedicado a formar un gobierno que pactase la paz con los militares rebeldes, ofreciendo algunas carteras ministeriales a los sublevados. (pág. 101)

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... en toda España las clases populares opusieron un tenaz resistencia pero, aunque sobradas de voluntad, carecían de medios para resistir con eficacia al ejército sublevado; sólo el reparto de armamento a los obreros y campesinos que se ofrecían generosos para combatir por su libertad hubiese podido abortar e golpe... las autoridades republicanas no quisieron dar armas a los trabajadores pues, como sostenía Manuel Azaña, la CNT no las quería "para combatir al fascismo, querían hacer una revolución sindical"... la fidelidad de muchos oficiales de alta graduación y la disposición combatiente de los militantes de la izquierda habría permitido aplastar la algarada militar en la Península en un breve plazo. Sin embargo, la resistencia de los representantes del gobierno a permitir el armamento del proletariado militante tuvo consecuencias trágicas... para muchos republicanos, era más peligrosa y ajena la revolución social de los obreros que el pronunciamiento político de los militares. (págs. 104, 105)

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Es evidente que sin la cooperación providencial de las potencias fascistas, las unidades militares aisladas de la España meridional habrían sido derrotadas y la Guerra Civil hubiese tenido otro final. (pág. 106)

Periódico ADELANTE

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... desde la cabeza de puente establecida en la provincia de Cádiz, las tropas rebeldes se lanzaron a la conquista del campo andaluz. Allí se encontraron con columnas de milicianos mal armadas y preparadas, campesinos sobrados de voluntad y decisión pero carentes de armamento y conocimientos para oponerse al avance de unas tropas profesionales que formaban la élite del ejército español y que avanzaban sembrando el terror para impedir sublevaciones en una retaguardia que les era hostil. .. A causa de esta desigualdad manifiesta entre unos campesinos mal pertrechados y unos militares profesionales continuamente abastecidos y con la retaguardia protegida, los soldados del general Francisco Franco, en los primeros meses de la guerra, fueron de victoria en victoria. Hacia Madrid. (pág. 109)

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Por su parte, el presidente Manuel Azaña opinaba que el gobierno de la nación se enfrentaba a dos insurrecciones, opuestas por igual al régimen republicano, pues "por un lado tenía que hacer frente al movimiento que desde las capitales y provincias ocupadas [...] tomaba la ofensiva contra Madrid; y por otro, a la insurrección de las masas proletarias, que sin atacar directamente al gobierno, no le obedecían". (pág. 112)

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El golpe de Estado de julio de 1936 situó al ejército, actor principal de la rebelión, frente a los trabajadores, eje de la resistencia al pronunciamiento, demostrando el auténtico carácter de lucha de clases que tenía el conflicto. Así llegó a reconocerlo Diego Martínez Barrio, en un discurso radiofónico...: "Simplemente se trata de sustituir la voluntad general del pueblo entero por la de una clase social deseosa de perpetuar sus privilegios. Ni amor a España, ni inquietud por el cuerpo de la patria, ni temores por su desmembración, ni zozobra por el desarrollo de su economía. Nada de lo que se ha dicho y propagado es el verdadero origen de la revuelta. Se disfrazan con frases sonoras los propósitos para encubrir la turbia e inconfundible realidad". (pág. 126)

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La desconfianza de los trabajadores en armas sobre la fidelidad de los militares estaba justificada y no era gratuita, pues en los primeros días del conflicto se repitieron los casos de oficiales implicados en la conspiración militar que dieron públicas muestras de respeto a la legalidad republicana mientras ganaban tiempo hasta la llegada de refuerzos.. (pág. 131)

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... el clasismo había sido introducido en los cuarteles por el interés político del la burguesía, con la redención del servicio a filas con dinero que consentía que sólo los hijos de las clases populares hiciesen el Servicio militar y fuesen a las guerras coloniales. Era comprensible que los proletarios desconfiasen de sus jefes militares. (pág. 132)

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Cansados de esperar un reparto de tierras que nuca llegaba, decepcionados por una República que les reprimía su impaciencia de siglos y espoleados por la fuerza mostrada y demostrada por sus organizadores sindicales, los campesinos sin tierras y los agricultores con propiedades escasas consideraron que con la derrota del pronunciamiento militar abrían la puerta al reparto de la tierra, hasta entonces nunca satisfecho... (pág. 139)

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La victoria del golpe militar en el Protectorado y la difícil situación de los sublevados en Andalucía, donde a duras penas controlaban algunas capitales como Sevilla y Granada, hizo imprescindible el traslado de las tropas coloniales y de los voluntarios rifeños de África hasta la Península, una travesía para salvar el Estrecho de Gibraltar que se vio impedida por el bloqueo de la marina de guerra republicana... en una compleja operación militar que sólo fue posible por la ayuda de los gobiernos de Italia Alemania, se trasladaron por el aire algunas tropas hasta la Península. (pág. )

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Largo Caballero, Prieto Nenni y Julio Álvarez del Vayo, 1936

Abundantemente aprovisionado de gasolina suministrada sin tasa y a crédito por compañías petroleras estadounidenses, protegidas sus bases del norte africano gracias a su recién adquirida supremacía aérea a causa de las escuadrillas extranjeras que superaban a las del ejército leal, con sus problemas logísticos solucionados por los suministros alemanes e italianos, con su flanco ibérico protegido por la clara hostilidad portuguesa al gobierno legítimo y con una indudable moral de victoria, este ejército profesional iba a barrer de su camino a las inexpertas milicias populares en su marcha triunfal desde Algeciras hasta Toledo, que duró menos de dos meses. (pág. 154)

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Hitler envió la Legión Cóndor... estaba compuesta por dos grupos de cuatro escuadrillas de cazas Messermichdt-109, otros dos grupos con dos escuadrillas de cazas Heinkel-51 y un grupo de tres escuadrillas con aviones de reconocimiento Heinkel y Dornier, con nueve aparatos en cada escuadrilla; a lo que había que sumar otros cuatro grupos de tres escuadrillas de bombarderos Junkers y Heinkel-111 con doce aviones en cada escuadrilla. En total 279 aparatos de los más modernos con que contaba en aquellos años la aviación militar. (pág. 162)

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Fueron todos los madrileños, al margen de ideologías, los que a partir del 4 y 5 de noviembre decidieron resistir al asalto franquista: improvisaron manifestaciones que recorrían la ciudad levantando el ánimo de la población y organizaron mítines callejeros espontáneos, y finalmente acudieron al frente sin preparación y sin armas, esperando la muerte de un compañero para empuñar su fusil. (pág. 180)

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Aunque se reconquistó Brunete, los republicanos no consiguieron sus objetivos, en buena parte por la superioridad del material de guerra franquista, que en esta batalla usó por primera vez los Messerscmitt-109 alemanes que consolidaron definitivamente la supremacía aérea franquista... Cerca de 20.000 soldados franquistas se lanzaron al ataque apoyados por más de medio centenar de tanques Panzer con la cobertura aérea de los bombarderos Junkers 52 y de los cazas Fiat. Rompieron con facilidad las líneas gubernamentales, débilmente defendidas en esa zona. (págs. 192, 193)

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... convencido el general Franco de que se enfrentaba a una dura resistencia, se negoció con la Italia fascista la llegada de soldados de infantería que reforzasen a un Ejército que se había mostrado insuficiente para abordar operaciones militares a gran escala. Así llegó a la Península el Corpo Truppe Voluntarie... Su conquista, el 8 de febrero de 1937, mitificó a los soldados italianos e hizo concebir a Benito Mussolini sueños de grandeza para él y para su ejército en tierras españolas. (pág. 194)

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Decía la FAI que "nuestras ideas no pueden ser proclamadas y practicadas en sentido totalitario sin recurrir a la imposición, por tanto a la dictadura", y proseguía "si no queremos recurrir a la dictadura no tendremos más remedio, por lo menos hasta tanto no se cree la conciencia libertaria en las multitudes y no se consiga eliminar a la autoridad, como realidad y principio ético y político, que tender a la realización por etapas". (pág. 243)

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... el general Franco, recién llegado a Sevilla, declaró a un periodista norteamericano: "No puede haber acuerdo ni tregua [...] Salvaré a España del marxismo a cualquier precio" y al pedirle el periodista que concretase, "¿Significa eso que tendrá que matar a media España?", el general Franco señaló: "Le repito, a cualquier precio". (pág. 250)

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... sólo mediante el terror podía paralizarse la resistencia popular; como señaló el teniente coronel Juan Yagüe tras la conquista de Badajoz: "Qué suponía usted? ¿Qué iba a llevar a 4.000 prisioneros rojos con mi columna, teniendo que avanzar contra reloj? ¿O iba a dejarlos en la retaguardia para que Badajoz fuera rojo otra vez?" (pág. 251)

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... "se ha tolerado demasiado el tópico según el cual la revolución no es otra cosa que el episodio violento mediante el que se da al traste con el sistema capitalista" y reconocía que se exigía, como paso previo e imprescindible, que antes [haya] tomado cuerpo en la conciencia colectiva". (pág. 354)

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