NOCHES DE SEVILLA
JEAN ALLOUCHEIRE

Ediciones Espuela de Plata, 2005

Portada del Libro

Este libro se incluye junto a dos más en Un Año con Queipo de LLano

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EXTRACTOS DEL LIBRO
Lectura finalizada el 28 de abril 2016.

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... fue entonces cuando los falangistas hicieron su aparición. Salían por todas partes, silenciosos y furtivos. Eran hombres prudentes; no se les encontraba nunca solos. Iban en patrullas de cuatro o cinco, cuidando de no separarse los unos de los otros. Su táctica no variaba mucho. Buscaban la manera de rodearos, y después, acercándose rápidamente, os clavaban simultáneamente, en el pecho y en la espalda, la boca brillante y dura de sus Winchester o de sus ametralladoras Máuser. (pág. 237)

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De vez en cuando se levantaba (Queipo de Llano), se acercaba a una pared donde había varias banderas fascistas, hitlerianas, italianas y portuguesas, cogía la bandera rebelde y seguía sus confidencias acariciando amorosamente sus pliegues. (pág. 247)

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Habían empezado a llover las multas:
¿No hay bandera "nacionalista" en el balcón? 50 pesetas de multa?. ¿No han pagado ninguna misa en la iglesia para la salvación de españa? 100 pesetas. ¿Se olvidaron de hacer el saludo fascista a la llegada de los falangistas? 30 pesetas. Segundo descuido(la mujer), 25 pesetas. Un fotografía del hijo "marxista" encontrada en la bodega: 50 pesetas y destrucción de la fotografía sediciosa... (pág. 254)

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Patrullaban (en el Puerto de Santa María) los guardias civiles con el mosquetón en la mano. Las calles estaban desiertas. En las paredes se leía: "Prohibido salir a la calle después de las cinco de la tarde, bajo multa de doscientas pesetas..." (pág. 255)

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n cada plazuela, iiluminados por los faros de los camiones, empezaron a funcionar tribunales al aire libre. El procedimiento era expeditivo y sin derecho a apelación. Todo quedaba reducido a una pura cuestión de pesetas. Un donativo inmediato y "voluntario" (?), destinado al glorioso ejército nacional, de más de mil pesetas, representaba la absolución. De quinientas a mil pesetas, el caso debía ser estudiado. Trescientas a cuatrocientas psetas representaban, como máximo, una noche de libertad provisional. Doscientas pesetas: encarcelamiento inmediato, una vez efectñuado el donativo voluntario. Menos de cien pesetas, y sin excusa posible de pobreza o miseria, los acusados, mujeres u hombres, jovenes o viejos, todos eran igualmente decretados "marxistas" y obligados, a golpe de culata, a subir a camiones, en los que eran llevados rápidamente a trágicos destinos. (pág. 262)

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... Salamanca apareció atiborrada literalmente de tropas hitlerianas. Se estacionaban en las calles estrechas, piropeando a las más bellas señoritas sin el menor respeto a los señoritos que las acompañaban, entrando a saco en los grandes almacenes, exigiendo de la orquesta del Café Nacional que no tocara otra música que la alemana; obrando, en una palabra, como en país conquistado. (pág. 286)

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La alianza transalpina se manifiesta por la presencia en el ejército del Sur de 40.000 hombres, por lo menos, de tropas regulares italianas... La alianza efectiva del Reich, quizás poco menos disimulada, se traduce en la España del Centro y del Norte por 50.000 "técnicos", escuadirllas innumerables de Junkers y de Heinkels, un material considerable de artillería pesada y Estados Mayores completos de oficiales superiores de la Reichswehr. Puede también afirmarse sin exageración que la dirección real de las fuerzas rebeldes no pertenecen a Franco sino al general Faupel, llamado ministro de Alemania en Salamanca. Franco, como todos los otros generales traidores, Queipo de Llano, Varela, Mola, Aranda, Cabalellas, simples muñecos presumidos, es incapaz de dirigir una guerra moderna. (pág. 306)

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Sin el apoyo de las tropas extranjeras, la preciosa colaboración de Faupel y de los generales italianos y la intolerable impunidad diplomática de que ha disfrutado Franco, nunca hubiese podido mantenerse en Marruecos, conquistar la mitad de España, atacar a Madrid y jugar a futuro jefe de Estado. (pág. 309)